Y robar la ahuyenta. La suerte depende de todo lo que uno piensa. Todo lo que uno opina sobre los demás causa una respuesta. Si es positivo nos traerá luces, bienaventuranzas y bendiciones. Si no, aunque no salga de tu boca, se convertirá en cruces, en karma, en su sentido negativo. Se sembrarán los vientos, para cosechar tempestades. Si consideras que las personas que te rodean son buenas en el fondo, tendrás mucha suerte. Pero si piensas que hay gente tóxica, malévola, malintencionada, pavosa, en la que no se puede confiar y, en general, un gentío sobre el cual pensando mal acertarás, como dice el dicho, no esperes tener mucha suerte. Incluso podrías tener suerte negativa, de acuerdo a la fórmula cuántica. Puesto que «con la vara que midas serás medido».
Pero ¿Y qué tienen que ver mis opiniones sobre mi suerte? Agregándole que si te has topado en la vida con gente egoísta o malagradecida, todos estos juicios sobre los demás constituyen el «Juzgar al Prójimo» de la Biblia. Y son síntomas del pecado de robar. Robarte a ti mismo el aquí y el ahora que Dios te regala en cada momento de tu vida. Robarle a Dios el ahora que quiere compartir contigo. Robo que se concreta pensando y formándote juicios sobre todo aquel que te rodea. ¿Ladrón?
Juzgar al prójimo es robar el tiempo de Dios. Y robar genera karma. ¿No y que el tiempo de Dios es perfecto? Etiquetar al prójimo, mal o bien, ya es un robo. Pero además es la madre de todos los vicios. Y por ser el vicio madre tiene la madre de las excusas para aferrarte a él: «decir la verdad no es pecado, ni juzgar; y por la verdad murió Cristo». ¿Vicioso?
Con esta lectura nos dedicaremos a debilitar nuestras acciones que generan karma y cruces. Y nos enfocaremos en desarrollar las luces que suman bendiciones, y aumentan el valor de la suerte en la fórmula. Así que conociendo los dos elementos que forman la suerte es posible modificarla a voluntad:
La luz es la unidad de medida de las bendiciones. La cruz lo es del karma. Con esta fórmula sagrada en mente, desde hoy vas a conocer la causa de tus karmas. Y vas a conocer sus antídotos, que son las bendiciones.
Has comenzado el ascenso. «¿Facilito?». ¡Jamás! Tendrás tropiezos. Pero ya no hay vuelta atrás.
¿Y de dónde salen los números de la fórmula?
La Madre de Todos Los Vicios
Todos los vicios son hijos de una misma madre, quién jamás los abandonará: ¡Pensar en el Prójimo! Las traducciones bíblicas lo llaman «Juzgar al prójimo». Pero esta frase, y lo que de ella comúnmente se deduce, no te ayuda a renunciar a esta Hidra de Siete Cabezas.
Muy al contrario, por ser vicio, siempre tendrás una treta para aferrarte a él. ¡Así será de poderoso este apego! Al menos hasta hoy, la «verdad» que vieron tus ojos y escucharon tus oídos sobre el prójimo, no fué más que la realidad que expresaron tus labios, contagiada con tus prejuicios. Y no tiene nada que ver con la verdad de Cristo.
Jamás te olvides que expresar lo que se piensa del prójimo es opinar, es juzgar. Y opinar es tener la razón. El rasgo más truculento del Niño Ignorado: nuestro titiritero cuántico. Ah, y truculento es algo cruel, no trucado, como sugiere su fonética.
La opinión procede íntegramente del pensamiento previo del orador. De modo que la emoción expresada en sus palabras delata el tiempo que se le ha dedicado a pensar en el prójimo aludido. Tiempo que se le ha robado a Dios.
Si se piensa con rencor hacia alguien se habrá asesinado el ahora del pensador cada vez que Dios lo concedió. Y se habrá formado el juicio que antecede a los calificativos verbales con que suele vestirse la ira antes de usar las manos.
Al ser la madre de todos los vicios, es el que más daño te hace. El más difícil de reconocer. Y el que más probabilidades tiene de acompañarte, preñado de cruces, hasta la muerte.
"Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él". Proverbios 23:7
El Karma Equivale a los Vientos de la Biblia
Si has sembrado vientos, pensando mal del prójimo, cuando tus pensamientos logren expresarse, de tu boca saldrán tempestades que de seguro van a herir a más de uno, bien en sus corazones destrozados por tus insultos, o bien en sus cuerpos, que pudieran ser rasguñados, golpeados, mutilados o asesinados por tus manos.
En analogía bíblica, las cuentas por pagar asociadas a coger karma se entenderán como sembrar vientos. Pagar karma será entonces el equivalente a cosechar tempestades.
"No te dejes llevar por todos los vientos ni vayas por cualquier camino: así obra el pecador que habla con doblez". Eclesiástico 5,9
"Hay vientos que fueron creados para el castigo, y en su furor, él los hace más impetuosos: en el momento de la destrucción, desencadenan su violencia y apaciguan el furor de aquel que los hizo". Eclesiástico 39,28
"Porque siembran vientos, recogerán tempestades". Oseas 8,7
Proverbios de Los Niños Cuánticos
Los proverbios son al judaísmo y al cristianismo lo que el mantra es al budismo y el hinduismo. En cualquier caso, son frases sagradas.
I
Si fue perversa su frase, sí quiso ofender al prójimo. Esta vez a ti. Pero apiádate de su tormento. Si no, desconocía tu concepto sobre la frase. De modo que nunca fuiste ofendido.
II
Prejuicio es la tortura de ocupar tu valioso tiempo en tener la razón sobre la conducta del prójimo.
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Con mucho cariño para ti y todos tus seres queridos. Dejando de pensar en ellos, pero eso sí, inculcándoles estas enseñanzas, los harás felices. Y no le robarás más el tiempo a Dios.
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