Estimado(a) Amigo(a).
Estoy decidiendo, hoy 27 de Febrero de 2007, compartir
un ensayo literario de mi autoría, que escribí hace 23 años.
Es éste un
ensayo en el que, con 24 años de edad, me había propuesto fusionar varios géneros
literarios para protestar, de manera encubierta, una situación social,
económica y política insostenible en la Venezuela de los 80. Esta situación,
generaría realidades más graves en los 90, para finalmente desembocar en el
cambio político que hoy se vive en el País, cuando comienza el siglo XXI. 23
años más tarde, las circunstancias del país se perciben tan disímiles, que, a
este ensayo inédito, decido anexarle un “Contexto Histórico”, pero también
resuelvo compartirlo por Internet y publicarlo, tanto para comprenderme a mí
mismo desde esta distancia, como para compartir con el lector “La Hechicera
Profecía” que plantea uno de los personajes principales de la obra.
Brevemente, de ésto se trata:
En un lugar físico indeterminado, habitado por varias
clases de seres incomunicados, comienzan a suceder hechos que los laceran a
todos, desde el punto de vista material y espiritual, por lo que deciden
unirse, pero sobre todo, comunicarse, para indagar sobre las causas que los
llevaron a tales padecimientos. Al final conseguirán las causas y las
resolverán guiados por El Hechicero.
Los
personajes centrales de la obra son Las Almas, Los Desalmados y El Hechicero.
Ellos se van a encontrar en un anfiteatro, adonde van a exponer sus relatos,
que serán el producto de sus respectivas búsquedas interiores acerca de la
calamidad que compartían.
El Hechicero
hablará en parábola y desarrollará una teoría acerca del recipiente y el
contenido, tratándolos como el sólido y el fluido, respectivamente. Su arenga
tiene la finalidad de despertar las conciencias.
Las Almas
relatarán la historia mitológica de la formación del anfiteatro y las
explicaciones religiosas y espirituales del ambiente dentro del claustro.
Explicarán cómo se produce la conquista de sus habitantes.
Los
Desalmados sólo manejan los conceptos materiales y, por ende, van a analizar su
existencia a través de las leyes e interrelaciones económicas del anfiteatro
con el exterior.
Después de
escuchar todos los relatos, se habrá detectado una convergencia de criterios
para lograr la ansiada solución a sus males. Todos se unirán a la voz del
Hechicero, porque habrán descubierto la causa de sus avatares.
Así comienza:
“El alma de un lejano hechicero descendió del oscuro silencio, y vino a posarse
sobre la sexta grada del anfiteatro, allí donde la brújula indica el justo
oriente, de donde proviene toda la sabiduría.”
Y así
termina: “El hechicero que vino de oriente habrá esparcido su semilla y todos
los hombres habrán recibido la luz del amanecer por la derecha cuando marchen
al Septentrión.”
2 comentarios:
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